No hay dos alumnos que aprendan de la misma manera. El aprendizaje es una práctica social, una forma de comportamiento social, cuyo desarrollo requiere atención a muchas variables, al menos factores sociales, culturales, raciales, étnicos y de origen. Los alumnos provienen de una variedad de orígenes, algunos de entornos ricos en lenguaje, y con frecuencia tienen poca o ninguna dificultad para adquirir el “código elaborado” de la escuela (para usar el término de Bernstein). Este es básicamente el idioma oficial de escolarización, cuyo dominio contribuye en mayor medida al éxito de la escuela. Otros estudiantes provienen de circunstancias menos afortunadas y trabajan en la escuela para lograr mejores calificaciones y cerrar la brecha entre ellos y sus compañeros aventajados.
Algunos estudiosos y educadores atribuyen el fracaso escolar al lenguaje o al fracaso del lenguaje en un sentido general (ver, por ejemplo, Bernstein y Johnstone). Dicho esto, la variedad profesional utilizada en la enseñanza escolar es la culpable de las malas calificaciones. Los defensores de este punto de vista argumentan que es poco probable que las mejores experiencias de aprendizaje ocurran en el aula a menos que los códigos de lenguaje utilizados en la instrucción sean relevantes para las experiencias personales de los estudiantes. Sin embargo, considero que esta posición determinista lingüística tiene un alcance reduccionista, y sigo al lingüista funcionalista Michael Halliday a favor de una heurística que ve los problemas del lenguaje como el punto de partida para un diagnóstico integral del fracaso educativo que se extiende para incluir aspectos sociales, económicos, sociales y sociales. factores culturales e incluso psicológicos. Para aquellos interesados en esta discusión, recomiendo el libro de Halliday ‘ exploración de funciones del lenguaje‘.
Sin embargo, sean cuales sean las razones del fracaso escolar, un hecho válido sigue siendo indiscutible: el papel del docente puede tener un gran impacto en la forma en que los estudiantes aprenden. Más específicamente, el modelo de enseñanza empleado puede cambiar las reglas del juego. El fracaso educativo se puede reducir en gran medida mediante el empleo de diversas y diversas estrategias de enseñanza. Las estrategias de enseñanza diferenciadas son clave para fomentar una cultura de aprendizaje que beneficie a los estudiantes de diferentes entornos socioeconómicos y culturales y atienda sus diferentes estilos de aprendizaje. En las siguientes imágenes basadas en el artículo de Marcus Guido “20 estrategias y ejemplos de enseñanza diferenciados”, compartimos con usted algunos ejemplos de formas prácticas para ayudarlo a diferenciar sus estrategias de enseñanza. Échale un vistazo y comparte tus comentarios con nosotros en nuestra página de Facebook. Este visual también está disponible como descarga gratuita en formato PDF.
Referirse a:
Halliday, M. (1973). Una exploración de las funciones del lenguaje.Londres: Edward Arnold Ltd.
Johnstone, B. (1996). Individuos lingüísticos: Autoexpresión en lengua y lingüística. Nueva York: Oxford University Press.
Bernstein, B. (1990). La Estructura de los Discursos de Enseñanza (Clases, Códigos y Controles Tomo IV). Londres: Routledge.
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